Nací en las Bocas del Ródano y pasé mi infancia entre los bonitos bosques de Borgoña, el país de mi madre, y los matorrales de Marcel Pagnol.
Cuando era pequeña quería serBlancanieves , Cenicienta, perderme en el país de las maravillas o, a veces, saber mover la nariz como mi querida bruja mientras soñaba despierta frente a las ilustraciones de Sarah Kay.
Pensativo, hacía mucho tiempo que había inventado un mundo mágico donde podía refugiarme en mi tiempo libre.
“Luego se quedó dormida en un sueño muy, muy largo…”
Dibujé como dibujan todos los niños pero sin saber que se convertiría en una verdadera pasión.
Soy autodidacta y comencé dibujando especialmente paisajes y naturalezas muertas. Me atraía mucho el dibujo pero nunca estuve del todo satisfecho con mis "temas de estudio".
Un día dibujé un pequeño duende en un paisaje y me pareció tan natural que seguí adelante. este camino.
Desde entonces he dedicado mi dibujo a todos estos pequeños personajes que me acompañaron en mi infancia y a quienes tuve tanto placer de volver a encontrar. Ahora me gusta darles vida en una hoja de papel.
Seguí combinando mi pasión por el dibujo con el mundo mágico así como mi pasión por ciertas épocas de la historia.
Mis inspiraciones son bastante variadas, pero a menudo giran en torno a la magia o la fantasía, ya que aprecio igualmente la suavidad de las ilustraciones de Meredith Dillman o Delphine Gache como las dibujos más oscuros de Tim Burton o Barbara Canepa.
Llevo 20 años trabajando en el ámbito de la formación profesional para adultos y soy ilustrador freelance declarado desde 2008. Equilibro mi tiempo entre un trabajo muy enriquecedor humanamente, mi vida familiar y mi pasión por el dibujo.
Mantener una parte de la magia y la infancia es vital para mí.
Terminaré con mi cita favorita:
“Lo que hace al poeta ¿No es el amor, la búsqueda desesperada del más mínimo rayo de sol que juega en el suelo de parquet de la habitación de un niño”
François Mauriac.
Mi trabajo como ilustrador
Soñé mis grabados como besos de príncipe,
un poco ingenuos e infantiles, le hablan a tu niño interior, ese que en el fondo de ti nunca ha crecido.
Incrustados de melancolía, te hablan de mundos perdidos, de las melodías desaparecidas de tu infancia.
A veces morderás la manzana envenenada, otras veces es una rana la que te despertará.
A menudo, son pequeñas hadas del bosque que te miran profundamente a los ojos y dicen:
“Recordar”
Mis ilustraciones están realizadas utilizando diferentes técnicas, ya sea tradicional, acuarela, acrílico y lápiz de colores; o en pintura digital en Photoshop. Siempre trato de destilar magia y suavidad en mi forma de pintar, ya sea tradicional o digital.