Lucia van den Berg, originaria de una pequeña ciudad de los Países Bajos, descubrió su amor por el arte en su infancia, inspirada por los hermosos campos de tulipanes y los molinos de viento que rodeaban su casa. Los vivos colores y la tranquila belleza de su tierra natal se convirtieron en una constante fuente de inspiración para su arte. Las encantadoras representaciones de la campiña holandesa de Van Gogh ejercieron una profunda influencia en ella, junto con los intrincados patrones y el simbolismo de las obras de Gustav Klimt. Sin embargo, la pasión de Lucia por el arte no se limitaba al paisaje local. De joven, se embarcó en numerosos viajes para explorar diversos paisajes de todo el mundo. Sus obras, creadas principalmente con lápices de madera y combinadas ocasionalmente con arte digital, reflejan los diversos entornos que ha encontrado. Su obra "Familia de guacamayos" está inspirada en su estancia en Sudamérica, donde quedó cautivada por los vibrantes colores y sonidos de la selva. "Escapada a la montaña" y "Campo de fragancias" son testimonios de sus viajes por Canadá y Francia, respectivamente, mientras que "Sakura no Tancho" se inspiró en una visita a Japón, donde se enamoró de la serena belleza de la arquitectura tradicional japonesa y de los simbólicos árboles de grullas y cerezos en flor del país. A pesar de su talento, Lucía sigue siendo una artista relativamente desconocida. Siempre ha preferido la tranquila soledad de sus viajes y la comodidad de su pequeño estudio en los Países Bajos a los focos. Sigue viajando y creando, impulsada no por el deseo de reconocimiento, sino por la alegría de capturar la belleza del mundo en su arte. Sus obras, cada una de ellas una instantánea de un tiempo y un lugar, son apreciadas por quienes tienen la suerte de toparse con ellas.
País de origen: Países Bajos
Influencias: Vincent Van Gogh, Gustav Klimt, su herencia holandesa, sus viajes y su pasión por explorar el mundo natural.